lunes, 30 de junio de 2014

El glaciar de la Grande-Motte (Tignes-Francia)



Al oriente del departamento de Saboya, en el corazón mismo de los Alpes franceses, muy cerca de la frontera con Italia y en la llamada región de Ródano-Alpes, se encuentra la ciudad de Tignes a orillas del lago que lleva su nombre y casi en las puertas del famoso Parque Nacional de la Vanoise.

Desde Tignes, se llega al maravilloso glaciar de la Grande-Motte, un sitio sublime al que se puede acceder mediante un teleférico enorme que deposita a los visitantes en su cima a 3656 metros de altitud, por encima de las cúspides de la Grande Sassière, Mont-Blanc y Bellecôte y desde donde las vistas son increíbles, apreciándose especialmente la estación de esquí y el lago

El Glaciar de La Grande-Motte al que se sube con telesillas y arrastres, pone a disposición de los deportistas de la nieve, un terreno muy variado con pistas para todos los gustos y niveles situadas entre los 3000 y los casi 3500 metros sobre el nivel del mar.

El snowpark del glaciar cuenta con muy buenas líneas de módulos aptas para todos los niveles, por lo que Grande-Motte posee una gran atractivo para freestylers, profesionales y aficionados, además de las rampas, los half-pipe y los rieles.

El esquí de verano es una de las mayores atracciones del lugar, ya que ofrece más de 20 kilómetros de pistas sobre uno de los mejores glaciares de los Alpes. Se puede esquiar, hacer algo de randonee, practicar en el completísimo  snowpark o sentarse a degustar una bebida y broncearse a placer, a 3000 metros de altitud, en el restaurante panorámico.
En Tignes existe una escuela de esquí, que organiza cursos de verano con una duración de cinco días. El horario de las pistas del glaciar comienza muy temprano a las 7 y media de la mañana y culmina a las 13:30, hora en que la nieve pierde la consistencia requerida para esquiar, pues se ablanda por la acción del sol.

Pero una vez que se termina el tiempo de esquí hay mucho más para hacer. Podrás disfrutar del lago y sus rampas y trampolines de agua, hacer luge de verano, escalada, bungee, usar el skatepark, adiestrarse en vela o parapente y una larguísima lista de actividades.

En este fantástico y maravilloso entorno de parajes de un verdor espectacular y cimas coronadas por nieves eternas, se puede practicar senderismo, turismo de aventuras o largas cabalgatas. Y si aún te sobra algo de tiempo, vete de compras por la ciudad o a conocer su gastronomía, el caso es que como podrás comprobar, en el glaciar de la Grande-Motte y Tignes no hay sitio para el aburrimiento. 

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